domingo, 20 de octubre de 2013

Código deontológico 2

LA LIBERTAD DE CÁTEDRA EN EL MARCO DEL CÓDIGO ÉTICO II

En el anterior artículo mencionamos que la profesión docente tenía como objeto el máximo desarrollo de las facultades intelectuales, físicas y emocionales del ser humano. Para poder alcanzar tales propósitos, los maestros debían contar con dos elementos imprescindibles: Libertad y ética. En él señalábamos los compromisos y deberes del docente en relación con los alumnos. En esta ocasión, haremos alusión a aquellos que tienen que ver con el docente en relación con la sociedad. Estos son:



1. Asumir y cumplir los deberes de ciudadanía, actuando con lealtad a la sociedad y a las instituciones, en el marco de la Constitución española y la normativa vigente.
 
 
2. Desarrollar una actuación docente acorde con los valores que afectan a la convivencia en sociedad, tales como libertad, justicia, igualdad, pluralismo, tolerancia, comprensión, cooperación, respeto y sentido crítico.
 
 
3. Promover una educación para el ejercicio activo de la ciudadanía y el logro de una convivencia basada en la igualdad de derechos, la ausencia de discriminación, la libertad personal, la justicia y el pluralismo.
 
 
4. Contribuir al desarrollo del espíritu crítico y de actitudes reflexivas y comprometidas con la mejora de las condiciones en que se desenvuelve la vida social y la relación sostenible con el entorno.
 
 
5. Colaborar activamente en la dinamización de la vida sociocultural de su entorno.


Deberes y compromisos que hacen diferente nuestra profesión del resto de las profesiones; que nos permiten pensar en una sociedad comprometida y mejor, construida por y para todos. Como dijo el educador reformista Horace Mann: "La educación, más que cualquier otro recurso de origen humano, es el gran igualador de las condiciones del hombre, el volante de la maquinaria social."
  


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domingo, 13 de octubre de 2013

Código deontológico

LA LIBERTAD DE CÁTEDRA EN EL MARCO DEL CÓDIGO ÉTICO


La profesión docente tiene como objeto el máximo desarrollo de las facultades intelectuales, físicas y emocionales del ser humano. Para poder alcanzar tales propósitos, los maestros deben contar con dos elementos imprescindibles: Libertad y ética, de maera que:
  1. Guíen su actividad a través de la ejemplaridad y la responsabilidad social.
  2. Respeten los valores de justicia, democracia y objetividad.
  3. Propicien sentimientos de empatía, autonomía y seguridad a sus educandos.
  4.  Despierten el espíritu crítico para valorar y sopesar la veracidad de los hechos.
  5. Encarnen en su conducta el espíritu de formación permanente.
En este artículo, mencionaremos los compromisos y deberes del docente en relación con los alumnos. Estos son:


1. Contribuir al ejercicio del derecho a la educación por parte del alumnado.

2. Promover la formación integral del alumnado a través de una atención personalizada y una relación de confianza.

3. Tratar justa y equitativamente al alumnado, sin aceptar ni permitir prácticas discriminatorias por ningún motivo.

4. Proporcionar al alumnado un sistema estructurado de conocimientos y habilidades que le permita avanzar en su desarrollo personal.

5. Atender adecuadamente a la diversidad de circunstancias y situaciones personales del alumnado.

6. No adoctrinar al alumnado.

7. Adoptar todas las medidas precisas para salvaguardar la libertad, la dignidad y la seguridad física, psicológica y emocional del alumnado.

8. Atender y encauzar adecuadamente las reclamaciones legítimas del alumnado en el ejercicio de la docencia y de la función tutorial.

9. Guardar el secreto profesional en relación con los datos personales del alumnado de que se disponga en el ejercicio profesional de la docencia.

Respetando estos deberes y compromisos, nos relacionaremos con el alumno sin olvidar, tal y como dijo Arturo Graft (1848-1913) que "el maestro excelente es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender más".
  

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LIBERTAD DE CÁTEDRA EN EL MARCO DEL CÓDIGO ÉTICO (II)

(COMPROMISOS Y DEBERES DEL MAESTRO EN RELACIÓN CON LA SOCIEDAD)

viernes, 4 de octubre de 2013

La educación de personas

                                                                    
LA EDUCACIÓN DE PERSONAS

Ser persona es una dignidad que se reconoce a un titular: el individuo que posee una naturaleza dotada de una serie de características peculiares, pero¿Cuáles son esas notas que definen a nuestra especie y la distinguen del resto de los vivientes?


Con el fin de sintetizar el menor número de categorías posibles de todos los elementos específicos de la naturaleza humana, se van a señalar cuatro rasgos que constituyen las características naturales de su esencia; estos son:

CORPORALIDAD:
Los humanos somos un tipo peculiar de organismo vivo. Tener cuerpo no es accidental para nosotros, hasta el punto de que -aunque seamos más que nuestro cuerpo- es más adecuado decir "yo soy mi cuerpo" en vez de decir "yo tengo un cuerpo". Su característica principal es la plasticidad biológica.
El cuerpo además es el lugar de nuestra inserción en el mundo y el medio a través del cual las personas podemos relacionarnos entre nosotros y con el entorno. La corporalidad encierra, por tanto, la posibilidad de que los demás puedan objetivarnos.

APERTURA AL MUNDO Y LAS DEMÁS PERSONAS:
Los hombres no estamos clausurados en nosotros mismos, sino que estamos orientados hacia lo otro, y nos relacionamos de manera natural y necesaria. Como los demás vivientes, somos al mismo tiempo dependientes e independientes: es decir viviendo en una existencia separada de los demás seres, necesitamos de ellos.

RACIONALIDAD:
La razón o inteligencia dota al hombre de autonomía. El entendimiento humano nos permite no solo conocer la realidad, sino también conocernos a nosotros mismos y a nuestra propia subjetividad.

LIBERTAD:
Es libre el que hace lo que quiere, aunque para poder hacer lo que se quiere, es preciso saber lo que se quiere hacer. Una vez conocido, al ser humano le quedan dos opciones: obrar de manera que se desea o omitir esa acción por propia voluntad.

En conclusión, el hombre que educamos es cuerpo, es plástico, es racional y es libre. Tengamos en cuenta estos cuatro rasgos en nuestras programaciones, relaciones y conversaciones con el alumno de manera que nunca perdamos de vista el principio y fin de nuestra labor educativa.

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miércoles, 2 de octubre de 2013

un minuto para pensar

LOS TRES COLADORES


Un hombre se acercó a Sócrates y le dijo: "Tengo que contarte una cosa muy seria relacionada con un buen amigo tuyo". El filósofo se le quedó mirando fijamente con sus ojos llenos de sabiduría y le preguntó: "Antes de que empieces a hablar, ¿has sometido lo que pretendes contarme a la prueba de los tres coladores?". El hombre, desconcertado, le preguntó: "¿Y qué prueba es esa?". A lo que el viejo filósofo respondió: "Si no lo sabes, presta atención.
El primero de los tres coladores es el de la verdad. ¿Estás seguro de que es cierto lo que me quieres contar? "En realidad, seguro del todo no lo estoy, pero lo escuché de una persona muy seria, poco amiga de las mentiras", respondió el hombre.

"¿Y qué me dices del segundo colador, el de la bondad?, continuó Sócrates. "Aunque fuese verdad lo que me has de contar ¿estás seguro de que es bueno que yo lo oiga?, ¿me hará bien escucharlo?". Y el otro le respondió sin titubear: "Lo que se dice bueno, no lo es. Más bien todo lo contrario":
"Siendo así -prosiguió el venerable pensador-, aún quedaría un tercer colador, el de la utilidad. ¿Estás seguro de que me resultará útil lo que quieres contarme?". Pues, la verdad es que no", respondió el hombre.

"¿Ves? -le replicó el sabio-, si lo que me vas a contar no sabes si es verdad y no sería ni bueno ni provechoso, prefiero que te lo guardes para ti".

El Arte de Formarte: Enseñando para vivir; formando para llegar a ser.
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